El grito de Matt Elliot


Ni reposo ni luz al final del túnel ni nada parecido. «Es lo único que queda y por eso aúllo», sentencia Matt Elliott. No, después de la tormenta ya no viene la calma, sino otra tormenta aún peor y mucho más encarnizada. Ocurrió con Failing Songs (2006), demoledora continuación del asombroso Drinking Songs (2005) y ocurre ahora con Howling Songs, tercera y última entrega de esa serie de discos temáticos y emocionalmente calcinados en los que el músico británico se presenta con el ánimo hecho trizas y las vísceras desparramadas de cualquier manera por el estudio. (Seguir leyendo)




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