Anestesiando la belleza con Lambchop


La belleza nunca ha sido un problema para Kurt Wagner. Tanto tiempo puliendo suelos y encerando tarimas de madera deben haberle enseñado la importancia de un buen acabado, algo que se nota en el mimo y la bellísima factura con la que viene resolviendo sus citas con el estudio desde mediados de los noventa. Oh (Ohio) no es ninguna excepción y, después del revés trágico de Damaged, el barítono de Nashville se acomoda de nuevo en la sublime parsimonia del soul a medio derretir para firmar un álbum que, como How I Quit Smoking y Nixon, rezuma belleza, emoción y sabiduría.

A pesar de que hubo un tiempo, más o menos a la altura de Is A Woman, en el que ese elogio de la lentitud y la calma amenazó con convertirse en un recurso desapasionado, Oh (Ohio) recupera la mejor versión de una banda que, en formato reducido –son ocho, pero habían llegado a ser veinte–, acaricia suavemente sus instrumentos y destila la esencia de la música de raíces norteamericana para disipar cualquier atadura estilística y firmar maravillas atemporales como National Talk Like A Pirate Day, A Hold Of You y Sharing A Gibson With Martin Luther King Jr. No se limitan los estadounidenses a abrillantar melodías y avivar la llama de su contry-soul intimista, sino que consiguen que, durante unos minutos. las cosas parezca más bellas y hermosas. Mejores.



(Texto publicado originalmente en el suplemento ABCD Las Artes Las Letras el 20 de octubre de 2008)

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