De fiesta con Franz Ferdinand


Esta noche, Franz Ferdinand. Más claro, agua. Solo les ha faltado coserse en la pechera un neón luminoso en el que pueda leerse: “Aquí fiesta”. Porque de eso, de fiesta, los escoceses saben un rato. ¿Art-pop? Naaahhh… Fuera máscaras, adiós caretas.

“Tonight” es, por fin, el disco soñado por los de Alex Kapranos, el álbum que han venido cocinando en sus repeinadas cabecitas desde el día que subieron por primera vez a un escenario e idearon su plan maestro: conseguir que todo el mundo, de Japón a Glasgow, acabease meneando el culete, batiendo palmas y silbando sus melodías. Todo al mismo tiempo, a poder ser.

“Franz Ferdinand” y “You Could Have So Much Better” eran puro disimulo; discos de pop acorazado y estribillos malintencionados con los que reclutaron a un ejército de lo más variopinto y, tachán, pasaron de ser los teloneros de los teloneros de Death In Vegas en su debut barcelonés a conquistar escenarios y recintos cada vez más gigantescos. Pero faltaba algo. Algo más.

Y ese algo más es “Tonight”. Ya saben: esta noche FIESTA. No diré que es su mejor disco, porque no lo es, pero sí que es el mejor sintoniza con el espíritu hedonista y crápula de la banda. Sin cortadas intelectuales ni justificaciones artísticas. Pop fugaz, instantáneo y sin más intenciones que la de poner a bailar a la plaza del pueblo.

Ya saben: esta noche, fiesta.

¿Y mañana?

Mañana ya veremos.

Quien quiera buscar segundas lecturas en las citas a la “Odisea” de Homero o en su nuevo look de gangsters encorbatados, adelante, pero no es “Tonight” un disco que se preste a un examen concienzudo. De hecho, cualquier intento de profundizar en los “come on, get high” que Kapranos ulula en “Ulysses” demuestra que esto no es más que un disco de consumo inmediato. Una cosa brillante que mantiene el interés mientras uno lo mire a cierta distancia, pero que gana opacidad a m proximidad.

Mejor cuanto más lejos. Así es como consigue deslumbrar “Tonight”, un disco de pop vacilón y chispeantes piezas de funk blindado; una colección de falsetes, estribillos en caída libre e himnos rompecaderas como “Bite Hard”, “No You Girls” y “Turn It Own”.

También hay jolgorio como de club a las cuatro de la mañana y pinceladas de electrónica ornamental, pero no, NO ES EL DISCO ELECTRÓNICO DE FRANZ FERDINAND. Ya pueden ponerse en plan Orbital al final de “Lucyd Dreams” o colar unos piu-pius robótico-horteras a lo Erasure en “Live Alone”, que esto es pop con todas las letras. Pop instantáneo, chulesco y, si me apuran, pelín desechable, pero pop al fin y al cabo.

Pop para hoy y resaca para mañana.

David Morán

(Versión extendida de una crítica que, por razones obvias, aparecerá considerablemente reducida en el suplemento M360 de ABC)

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