El álbum de fotos (sonoras) de The Kinks


Teníamos los recopilatorios de singles, los recopilatorios a secas, las reediciones de Castle, los libros con las letras traducidas al castellano, las réplicas en miniatura que simulaban en CD las ediciones originales de los LP’s, los DVD’s en directo y ahora esto. La antología “definitiva” (sí, lo dejaremos entre comillas hasta dentro de un rato) de The Kinks y, a primera vista, una jugosa y placentera sobredosis de guitarras zumbonas, british invasion de etiqueta, pop costumbrista, ironía sin anteojos y canciones como soles.

Y es que, sobre el papel, “Picture Book” tiene el tamaño y la apariencia adecuada para resumir y empaquetar de una vez por todas el universo lírico y musical de la banda de los hermanos Davies: seis discos, más de 130 canciones y un cuidado libreto con fotos inéditas e introducción a cargo del mismísimo Ray Davies, quien también ha participado y la selección y recopilación de material.




Dicho esto y antes de sacar el babero, una pega: como en todas esas historias que, a fuerza de repetirlas una y otra vez, acaban perdiendo matices y ganando aportaciones personales dependiendo de quien las cuente, la de The Kinks está abierta a todo tipo de interpretaciones. Su paso por los sesenta es indiscutible, volando bajo el radar de The Beatles y The Rolling Stones y rellenando los huecos que estos dejaban a base de acercarse al music hall, el pub-rock y el pop sobreexcitado.

El tridente formado por “The Kink Kontroversy” (1965), “Face To Face” (1966) y “Something Else By The Kinks” (1967), obras maestras en fila india a las que podría añadirse también “The Village Green Preservation Society” (1968), son el orgullo y la razón de ser de una discografía que empieza a complicarse a partir de los setenta: justo después de “Lola vs. the Powerman & the Money-Go-Round, Pt. 1” (70) el adjetivo menor empieza a aparecer con demasiada frecuencia junto al nombre de The Kinks.



De ahí que, a pesar de todo, esta colosal obra quede algo descompensada y acabe dando excesivo protagonismo a discos completamente irrelevantes como “Phobia” (93), su última grabación como banda.

Su primera época, la más dorada y provechosa, queda espléndidamente retratada en los tres primeros discos de “Picture Book”, aunque incluso ahí hay algún que otro desliz. No se entiende, por ejemplo, por que se sacrifiquen las versiones originales de “Dedicated Follower Of Fashion” y “Dead End Street” por dos tomas inéditas pero claramente inferiores -la primera, sin esos coros beodos que tanto bien le hacen; la segunda, con un sonido sencillamente horroroso-; que se anuncie a bombo y platillo el riguroso orden cronológico de las canciones y “You Really Got Me” (su tercer single) aparezca antes que “Long Tall Sally” (el primero) y que ni siquiera se haga mención a la estupenda “You Still Want Me”.

Aún así, es en esos tres primeros discos donde se concentra casi todo el encanto de esta nueva antologíaa: clásicos instantáneos como “Sunny Afternoon”, “All Day And All The Night”, “Where Have All The God Times Gone”, “David Watts”, “Death Of A Clown”, grabaciones para la BBC de “Love Me Til The Sun Shines”, versiones mono de temas como “Waterloo Sunset” y “Apeman”




En el cuarto disco, el boggie vacilón “Skin And Bone” y la toma en directo de “Alcohol” sirven para enlazar con el periodo más ambicioso e incomprendido de Ray Davies, el de las óperas-rock “Preservation Act. 1” (73) y “Preservation Act. 2” (74) así como las secuelas “Soap Opera” (75) y “Schoolboys In Disgrace” (75). Son discos irregulares y perdidos en el limbo de lo conceptual cuya fragmentación permite disfrutar mejor piezas como “(A) Face In The Crowd”, “Holiday Romance” y “No More Looking Back”.

No se puede decir lo mismo de los dos últimos discos de la caja, donde toda la elegancia empieza a desvanecerse para dar pie a una suerte de intrascendente rock adulto y acorazado que crece en torno a la hercúlea versión en vivo de “Love Budget”. Un secreto: el quinto disco todavía es tolerable, pero el sexto, con cinco temas del minúsculo “Phobia”, es directamente amputable.

David Morán

The Kinks
“Picture Book”
SANCTUARY

(Artículo publicado originalmente en la revista Rockdelux 270 de febrero de 2009)

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